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Cinco amenazas y riesgos de seguridad emergentes en 2025

El informe de inteligencia exclusivo de Securitas revela las principales amenazas y riesgos de seguridad emergentes para 2025. Esto es lo que significan para la seguridad corporativa.

Si el año pasado el panorama mundial de riesgos y amenazas a la seguridad se caracterizó como “sin precedentes”, el de 2025 será “poco convencional”.

Estos desafíos de seguridad no convencionales ya están surgiendo en medio de crecientes tensiones geopolíticas, acciones de guerra en la zona gris (GZW), la carrera armamentista de la IA, crecientes amenazas internas, extremismo fragmentado y un número cada vez mayor de organizaciones que se convierten en víctimas no deseadas de conflictos militares en los que no están directamente involucradas.

Este tema es común en el Informe de Inteligencia 2025, un informe anual publicado por el Centro de Inteligencia de Riesgos (RIC) del Grupo Securitas. El informe, diseñado para ayudar a los clientes a mantenerse informados y en control durante el año que comienza, examina los desafíos de seguridad global más urgentes y ofrece una instantánea de los problemas críticos que los líderes de seguridad deben considerar en su estrategia y planificación.

En este blog, cubriremos cinco de las principales amenazas y riesgos de seguridad emergentes identificados en la última estimación de inteligencia y exploraremos lo que significan para la seguridad corporativa en 2025.

La creciente tensión impulsa la preparación en tiempos de guerra

Las organizaciones de todo el mundo, y en particular las de Europa y partes de Asia, se están preparando cada vez más para “escenarios de guerra” a medida que las tensiones entre potencias extranjeras siguen aumentando. La competencia geopolítica, el aumento de los casos de sabotaje y otras tácticas de la GZW están impulsando estos preparativos.

Como resultado, las naciones europeas, incluidas Alemania, Francia, Polonia, Italia y el Reino Unido, están aumentando el gasto de defensa en 2025 y comprometiéndose con proyectos de colaboración centrados en la preparación militar.

Los gobiernos están adoptando medidas civiles para mitigar los efectos de un posible conflicto. En Alemania, las autoridades están identificando edificios que se pueden utilizar como búnkeres públicos. En Suecia, el gobierno ha actualizado su manual de crisis para ciudadanos por primera vez en seis años, brindando asesoramiento para escenarios de guerra y crisis, y lo ha enviado en formato físico a todos los hogares. Dinamarca, Finlandia y Noruega han emitido una guía similar para sus ciudadanos.

Para los profesionales de la seguridad corporativa, estos cambios ponen de relieve la necesidad de realizar evaluaciones constantes de los riesgos geopolíticos, las vulnerabilidades de la cadena de suministro y las medidas de resiliencia operativa. La planificación de la seguridad en 2025 requerirá una comprensión informada de cómo estos acontecimientos geopolíticos más amplios podrían afectar la estabilidad y la toma de decisiones organizacionales.

La guerra en zonas grises amenaza la seguridad de infraestructuras críticas

Las GZW (estrategias y tácticas hostiles desplegadas en el “espacio gris” entre la competencia pacífica y el conflicto abierto) plantean una amenaza cada vez mayor para las organizaciones a nivel mundial, tanto directa como indirectamente. Los objetivos de alto valor (HVT, por sus siglas en inglés) para las acciones de GZW incluyen el sector aeroespacial (incluidos los activos militares), los centros de transporte, las instalaciones logísticas, los servicios gubernamentales y la infraestructura de servicios públicos, como las redes de energía, los suministros de agua, los cables submarinos y los oleoductos.

Las tácticas, técnicas y procedimientos utilizados en la GZW varían desde el sabotaje y los ataques cibernéticos hasta la interferencia electoral y las operaciones encubiertas, con acciones estratégicamente ambiguas diseñadas para evitar desencadenar una respuesta armada.

Para las organizaciones, en particular las que trabajan en sectores sensibles como defensa, energía, logística y tecnología, estas amenazas se están volviendo más inmediatas y complejas. Las empresas enfrentan mayores riesgos, tanto por ataques directos de actores de amenazas como por interrupciones indirectas causadas por daños a infraestructuras o servicios clave.

Para hacer frente a estos riesgos, las organizaciones deben evaluar su exposición a amenazas basadas en escenarios, lo que incluye comprender las motivaciones, las intenciones y las capacidades de los posibles actores amenazantes. También deben seguir de cerca los acontecimientos geopolíticos, utilizando las capacidades de inteligencia para identificar señales de alerta temprana de amenazas crecientes.

Igualmente importante es garantizar el acceso a fuentes de información fiables y, al mismo tiempo, identificar y mitigar los efectos de las campañas de desinformación y de información errónea. Compartir actualizaciones fiables con los empleados puede ayudar a evitar el pánico innecesario y garantizar respuestas coordinadas durante las crisis.

Explotación de drones para espionaje y sabotaje

Los avances en la tecnología de los drones siguen aumentando los riesgos para la seguridad corporativa. Los drones, que están ampliamente disponibles, son relativamente económicos y fáciles de manejar, presentan oportunidades para la vigilancia no autorizada, la interrupción de operaciones y otras actividades maliciosas.

Los equipos de seguridad corporativa se enfrentan a un desafío cada vez mayor: distinguir entre la actividad recreativa inofensiva de los drones y la actividad intencional o incluso potencialmente maliciosa. Esta incertidumbre puede complicar los protocolos de respuesta y aumentar la necesidad de procedimientos claros y canales de denuncia rápidos cuando se detectan drones cerca de sitios sensibles.

La creciente prevalencia de la actividad de drones cerca de los sitios corporativos probablemente impulsará inversiones en tecnologías de detección y respuesta a drones en 2025, junto con la creciente presión comercial sobre los gobiernos para que introduzcan regulaciones más estrictas.

Mientras tanto, las organizaciones deben asegurarse de que sus funciones de seguridad comprendan la legislación local sobre drones, establezcan canales de comunicación eficientes para informar sobre la actividad de los drones y desarrollen planes de respuesta para minimizar posibles interrupciones.

Las amenazas internas ideológicas perturban la seguridad empresarial

Las amenazas internas han sido una preocupación para la seguridad corporativa desde hace mucho tiempo, pero las personas con motivaciones ideológicas se están convirtiendo en un desafío cada vez más complejo.

Los agravios personales, las diferencias políticas y las causas activistas están impulsando a los empleados a actuar contra sus organizaciones, a menudo apuntando a las operaciones y las cadenas de suministro. Las industrias críticas, como la tecnología, los servicios financieros, los productos farmacéuticos y la industria aeroespacial y de defensa, enfrentan un mayor riesgo, en particular por parte de actores cuyas motivaciones ideológicas están vinculadas a la geopolítica o a actores amenazantes patrocinados por el Estado.

Para los equipos de seguridad corporativa, la detección y mitigación tempranas son fundamentales. Las organizaciones deben desarrollar programas eficaces de identificación y detección de amenazas internas que controlen los indicadores de comportamiento, las violaciones de seguridad reiteradas y los intentos no autorizados de acceder a áreas restringidas. Combinar la supervisión humana con sistemas de monitoreo basados ​​en tecnología puede ayudar a crear un enfoque más integral.

Además, fomentar una cultura de transparencia y establecer canales de denuncia claros permite a los empleados denunciar comportamientos sospechosos, lo que reduce el riesgo de que las amenazas se agraven sin ser detectadas.

Se intensifican los ataques selectivos contra ejecutivos y políticos

Los altos ejecutivos y los líderes políticos también se enfrentan a amenazas cada vez mayores, que van desde ataques físicos hasta acoso en línea y desorden informativo, incluida la información errónea, la desinformación y la malinformación. Las redes sociales se han convertido en un arma poderosa en estos esfuerzos: difunden información falsa, hacen doxing (comparten públicamente información privada o identificable en línea con intenciones maliciosas) y amplifican las amenazas. Sin embargo, no todas las publicaciones son motivo de preocupación y es importante que las organizaciones evalúen cada amenaza individualmente. Existe un delicado equilibrio entre alarma y seguridad.

Para las organizaciones, proteger a los ejecutivos y líderes requiere una combinación de medidas de seguridad física, monitoreo digital y protocolos de informes claros. Los equipos de seguridad deben rastrear de manera proactiva las amenazas en línea, gestionar la exposición pública y garantizar respuestas rápidas a las actividades sospechosas.

Se espera que a lo largo de 2025, estas amenazas a personas de alto perfil persistan, lo que ejercerá una presión continua sobre las empresas y los gobiernos para que prioricen la seguridad de los ejecutivos y adapten sus estrategias de protección en consecuencia.

La seguridad basada en inteligencia ayuda a proteger lo que más importa

A medida que avanza el año, abordar estas amenazas y riesgos de seguridad “no convencionales” (y la multitud de otros desafíos siempre presentes en las operaciones diarias) requiere equipos de seguridad experimentados, inteligencia procesable y un enfoque equilibrado que combine la experiencia humana con tecnologías avanzadas.

Comunícate con nosotros y descubre cómo los servicios de inteligencia de Securitas pueden ayudar a su organización a mantenerse alerta, preparada y protegida este año y los que siguen.  

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